Agencia Informativa Conversus (AIC) – DDiCyT
En el Planetario “Luis Enrique Erro,” del Instituto Politécnico Nacional (IPN), niñas y niños se sumergieron en una aventura científica que trascenderá sus recuerdos de verano.
La Dirección de Difusión de Ciencia y Tecnología (DDiCyT) diseñó un programa único: el Curso de Verano Científico Infantil 2024 y su objetivo principal es despertar la curiosidad, el pensamiento científico en las mentes de jóvenes a través de actividades lúdicas y experiencias inolvidables.
El encargado de la DDiCyT, Edmundo Omar Matamoros Hernández, expresó su satisfacción por los resultados del curso, que contó con la inscripción de 80 niños y niñas de 6 a 12 años de edad. Comentó que “para los talleres científicos nos apoyaron personas que han sido parte y que se formaron con los cursos que se imparten en la DDiCyT, y en este curso de verano, ya frente a un grupo real con niños y niñas, aplicaron sus aprendizajes”.
Durante cuatro semanas se llevaron a cabo talleres, actividades artísticas, orientación en astronomía, matemáticas y dos visitas al Museo Tezozómoc que enriquecieron la experiencia.
En ese sentido, la subdirectora de Divulgación Científica de la DDiCyT, Ana Laura Jacinto Bravo, aseguró que “las niñas y los niños realizaron experimentos, y se la pasaron bastante bien, salieron de la monotonía de quedarse en casa con diferentes actividades como cartonería, actividades plásticas, ecológicas, físicas y mucha ciencia”.
En 20 días se realizaron actividades donde las niñas y los niños hicieron un recorrido lleno de descubrimientos, como pruebas visuales y ejercicios educativos que revelaron los secretos de la salud ocular; aprendieron sobre la diversidad de plantas que existen en la Ecosenda Politécnica, con el taller de fotografía vegetal; y entre risas y música se promovió el reciclaje y la conservación del planeta, por medio de la conciencia ecológica. También se creó un ambiente de disciplina y esfuerzo, con actividades físicas como las ejecutadas por astronautas que se preparan para los desafíos del espacio exterior; lograron romper la velocidad de la luz con una singular carrera; experimentaron con la electricidad y el magnetismo; y aprendieron sobre los planetas del Sistema Solar por medio de múltiples juegos.
Entre las manualidades, los participantes construyeron su propio casco de astronauta, un sable de luz como los de Star Wars, pulseras astronómicas, un reloj solar, un reloj de arena e incluso su propio extraterrestre.
De la mano de los expertos en flora y fauna, los infantes desentrañaron los misterios del tlacuache, un marsupial nativo de América. Su biología y comportamiento fueron explorados para revelar su importancia en el ecosistema. Asimismo, pudieron disfrutar de las proyecciones disponibles en el Domo de Inmersión Digital.
La Agencia Informativa Conversus, bajo la batuta de la subdirectora de Planeación y Servicios de Apoyo de la DDiCyT, Ana Cristina Olvera, se impartió el taller “Reporteros Mini Conversus” en el que los asistentes experimentaron el periodismo de ciencia.
Durante diversas sesiones, las niñas y niños hicieron una lluvia de preguntas que podrían hacerle a científicos para satisfacer su curiosidad, elaboraron un escrito y un dibujo para la revista Conversus, grabaron un video para formar un noticiero, así como produjeron un programa radiofónico.
Este curso de verano no sólo fue un espacio de aprendizaje, sino también un semillero de inspiración. Cada niño y niña descubrió el científico que lleva dentro, preparándose para un futuro lleno de posibilidades. La ciencia se convirtió en un juego y el conocimiento en una aventura sin límites.